Nuestra Historia


En 1877, por iniciativa de la sra. Petronila P. de Ferreira, se solicitó a la Municipalidad de Pergamino un terreno en el que se construyó la primera casa para ancianos denominada “Asilo de Jesús”.

En 1888 la Sociedad de Damas de Caridad pudo dar albergue a un grupo de ancianos.

En 1890, bajo la presidencia de la sra. Rufina N. de Duarte, se inauguró un pequeño edificio del “Hogar de Jesús” que en principio fue dirigido por personas seglares y ya para el 30 de mayo de 1895 se llamó a las Hermanas del Huerto para colaborar en la causa.

Según datos fidedignos que se conservan en algunos documentos que datan de esa época, en el año 1895, ya se impartía instrucción escolar a niños de la zona, dando origen, desde entonces, a la escuela primaria.
Esa misma escuela, con no más de 83 alumnas, entre las cuales se encontraba también un empleado, fue ampliándose a medida que las condiciones de habitabilidad lo permitían.

Un año después de llegadas las Hermanas, se recibieron huérfanas enviadas por el Juzgado de Menores de San Nicolás.

Se cree que las primeras maestras realizaron una noble misión ad-honorem y muchas de ellas pertenecían a la comisión de Damas; éstas procuraban el funcionamiento del importante albergue en donde se cobijaban los hijos de las familias del barrio.

Luego fue tomando impulso la educación y dedicación a las labores domésticas, dictándose clases de corte y confección, bordado, cocina y repostería. También funcionaba un taller de ropería, donde se acondicionaba la ropa, vestidos, delantales de trabajo, que luego utilizaban las niñas del hogar, la mayoría sin familias ni recursos propios, y eran ellas mismas quienes colaboraban con su pequeño esfuerzo diario. En el taller también participaban desinteresadamente las señoras de la Comisión de Damas y la señora miembro de la Cooperadora.

Así siguió el progreso invadiendo los niveles de la enseñanza y muy pronto las clases de música con guitarras, acordeón a piano, etc., iban poniendo notas distinguidas en el hogar, y promoviendo el conocimiento de la cultura general.

En 1949 surge la Biblioteca, en sus comienzos como Pública como una necesidad de atender la demanda de la población pergaminense y especialmente de las niñas internas del entonces Asilo de Jesús; de la que aún se conservan los registros donde quedaban asentadas las consultas de la comunidad concurrente.

En el transcurso de la década de 1960, se hace realidad la concreción del ciclo educativo “Jardín de Infantes”, con una gran aceptación y afluencia de concurrentes pequeños y muy felices. En ese momento, los padres que tenían los niños en el Jardín, se encontraron con un “gran motor” en potencia y trabajo, como fue la Hna. Leticia. Trabajadora como la mejor, con un carácter jovial y muy afectivo. Luego se organizó la Asociación Cooperadora del Asilo de Jesús.

Los padres tuvieron la oportunidad de trabajar con la mayor libertad, con personas con gran sensibilidad y con un “Don de Gente” excepcional, como fueron los Presidentes Sr. Luchelli, el Sr. Pedro Lopez Godoy y Don Carlos Clerc, entre otros, de una bonhomía muy especial, y vendrían otros, juntos todos a la Rda. Madre Superiora Hna. Trinidad Tibaldo.

En 1969 las Hermanas consiguieron becas para 57 niñas y subsidios para la escuela primaria. Un nuevo escalón se ascendió el 15 de marzo de ese año, por iniciativa y lucha de la Hermana María Carmela Mainetti, se crea la Escuela Técnica Comercial, con tres años de estudios y, en 1973, se concreta definitivamente la carrera de PERITO MERCANTIL NACIONAL, con título acordado por el Ministerio de Educación de la Nación. Todo esto se iba desenvolviendo en relación con la ampliación del viejo edificio, con el orden interno existente y con la iniciativa y sacrificios de la Comunidad Religiosa de las Hermanas. Se fue dirigiendo la escuela mediante el impulso de la enseñanza, promoviendo que las niñas huérfanas pudieran desempeñarse dignamente en el futuro dentro de la sociedad, y realizándose en forma personal.

En esos años la Asociación Cooperadora del Hogar de Jesús, tuvo que superar la etapa más dura, preocupante y de intensa actividad laboral, para lograr año tras año, la inmersa carga de orden económico que le demandó el curso secundario primero de técnica y luego con el título habilitante de Perito Mercantil Nacional, siendo por lógica consecuencia, sus hijas, las primeras diplomadas, y ex alumnas.

El material mobiliario existente en aulas, que poseía el Hogar, venían con un atraso y uso de la época de la creación y puesta en funcionamiento de la Escuela Primaria. Cada año que se iniciaba en el Instituto, se debía haber logrado en el transcurso del año anterior, una reserva de dinero suficiente para la adquisición de 30 pupitres y 30 sillas con armazón de hierro en caño, y asiento y respaldo de madera especial prensa muy resistente, más el escritorio y silla de la profesora.
Esto se extendió por el lapso de 5 años consecutivos y regulares, que significó una tortura económica que obligó a programar y ejecutar, toda clase de beneficios para obtener de cada uno de ellos una recaudación importante y suficiente. El apoyo de los Padres que debían aportar una cuota-mensualidad por cada alumna, salvo la de bajos recursos, desde el mes de marzo a diciembre, fue requerida con cierta insistencia y prolijidad.

Los demás actos como rifas permanentes, kermeses en que colaboraron los padres y las Hermanas, las tradicionales comidas de 300 a 500 personas como sucedió un verano, eran supervisadas por la Sociedad de Damas de Caridad en la portería.

En el primer año de Actividad, se pudo ingresar fondos de la Doma de Caballos.
Se debió comprar inexorablemente, material de Laboratorio y didáctico, para mayor comprensión de las clases prácticas. También se compró enciclopedias.

Como durante el lapso de 1966 a 1980, se iba reconstruyendo nuestro Hogar dirigido en forma técnica y amorosa por el Arquitecto Raúl Rossi, la Cooperadora se vió también obligada a colaborar en la construcción de la Clausura de las Hermanas. También por pertenencia, la compra e instalación del techo del patio cubierto de 13 por 18 metros, con vigas especiales de hormigón prensado de 13 mts en el cual se debió invertir una cifra cercana al millón y medio de pesos (moneda de la época), contando también con el crecimiento lateral con vidrios y aberturas necesarios de hierro.

Se debió lanzar una rifa especial para cubrir este valor. La empresa fabricante de la ciudad de Córdoba, debió movilizar una grúa móvil para colocar las vigas que pesaban mas de 2000 kilos, y esto motivó el hundimiento del piso, debiendo colocar un piso, en esa oportunidad. Hubo distintos períodos en que se procedió a reparar y adecuar los sanitarios, según las exigencias del alumnado existente. Se debió también instalar el sistema de Gas Natural en dormitorios y Salones de clases, comprando la cantidad de estufas suficientes.

La cooperadora que luego debió tomar la designación de “Unión de Padres de Familia”, tomó vinculación con colegios de Buenos Aires, Mar del Plata, Temperley, Nogoyá, etc. debiendo viajar para las Asambleas Anuales.

Lució el cargo de primera Preceptora la señora Alicia Perez, actual Secretaria.
Desde entonces y hasta hoy, nuestro colegio fue creciendo bajo la advocación de San Antonio María Gianelli, quien fue un verdadero maestro de espíritu y director de almas, fundador de los Misioneros de San Alfonso y de las Hermanas de Santa María del Huerto.

Con el transcurso del tiempo la Biblioteca se transformó en biblioteca escolar, atendida “ad honorem”por la Sra. Marta Gomes (1969) y luego por la Sra. Alicia Cammarota (1976) quien además colaboraba con las niñas internas en la realización de las tareas escolares (maestra de apoyo).

Ya creado el Instituto Comercial Gianelli, la directora Hna. Diomira Santósola, consiguió que la SNEP creara el cargo de bibliotecaria nombrando titular a la Sra. María Josefa Petro el 1-1-79, quien en corto plazo dejara el cargo por transladarse a otra provincia. El 1-3-80 fue nombrada titular la actual bibliotecaria, Sra. Graciela Lanzillotta.

En 1981 se disuelve la Unión de Padres después de realizar toda la obra de mantenimiento y construcción, por algunas diferencias personales con padres ingresados en los últimos años de la comisión cooperadora. Podríamos hacer mención de algunos colaboradores, pero siempre no logramos satisfacer a todas, por esto se pide disculpas y se recuerda, por ejemplo a los matrimonio de Malacalza, Mendoza, Bossi, Fontana, Asse, Turdó, Cane, Piatti, Archidiak, Bonacalza, Ale e innumerables padres y también profesoras y directoras como Marta Gómez de Esquivel, que se presentaron siempre a dar una mano generosa nunca retaceada.

Transcurrido el año 1983 y siendo docente de Plástica la Sra. Alicia Cammarota, la entonces Rectora, Sra Silvia Loscertales de García, le encomendó el diseño de un distintivo para el colegio. Después de realizados varios bocetos y con la colaboración del esposo de la Sra Rectora, Sr. Agustín García, se diagramó un escudo que en el centro tiene un caduceo, símbolo del comercio, ya que en ese momento, la orientación y el titulo que se otorgaba, era el de Perito Mercantil. El caduceo posee una vara con dos alas y dos serpientes entrelazadas.

El fondo del escudo era marrón y las letras y el dibujo, eran beige, debido a que el uniforme que usaban las alumnas, era en esos colores.

Después hubo un cambio de uniforme, con falda y corbata escocesas, en bordó y verde, camisa blanca y medias bordó. La directora era la docente María del Rosario Comanzo. Tras la renovación del uniforme, se decidió cambiar también los colores del escudo, pasando a tener, fondo bordó con letras y dibujo, en blanco. Posteriormente se diseñó, en forma idéntica, el emblema del Instituto Comercial Gianelli, en metal. El mismo está ubicado en el patio, a la izquierda de la imagen de Ntra. Sra. del Huerto. A la derecha de la misma, se ubica el distintivo del Hogar de Jesús.

En 1994, se conmemoró las bodas de plata y se realizó el himno o canción que identificara al Instituto. Dicho propósito se cumplió de la siguiente manera.
La Profesora Justina Musacchio de Donelli, que lamentablemente no está con nosotros, amante de la poesía y de la música, fue la autora de la letra.

Luego se solicitó al Profesor Juan Carlos Migliaro que le pusiera música a las palabras, lo cual hizo con gentileza y desinterés.

Y finalmente el Profesor Pedro Ángel Manzoni, con la solvencia que lo caracteriza, lo interpretó por primera vez en piano y también realizó la primera grabación.

El 8 de mayo de 1999 y luego de haber colaborado por 100 años, las Hermanas del Huerto se retiraron de este establecimiento por cuestiones de crecimiento personal e inauguraron su propio hogar, el “Hogar de Niñas María Crescencia Pérez” en el Barrio Trincavelli.

Desde hace algunos años la Sociedad de Damas cedieron el control económico a cada institución quedando ellas como organismo de control.

Hoy día la unidad académica que involucra a Maternal, Jardín, Primaria y Secundaria se encuentra comprometida con la institución como lo hicieron históricamente cada uno de sus integrantes, en semejanza a un rompecabezas que se fue armando y llegando a lo que hoy somos.





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